SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA
En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra cada año del 1 al 7 agosto bajo el lema “Fundamento de la vida”, Buenas & Sanas dialogó con la puericultora y estimuladora temprana, Ana Marcela Toloza, sobre los mitos y verdades de la lactancia materna.
En primer lugar, ¿qué hace específicamente una puericultora?
Si digo que soy una asesora de lactancia, nos reducimos a un sólo tema, y la Puericultura va un poco más allá: está enfocada al cuidado del recién nacido y trabaja también con la mamá durante el embarazo y el posparto, es decir, los primeros días, el sueño, la alimentación y con qué frecuencia el bebé se alimenta. Por ende, trabajamos con las áreas de enfermería, obstetricia y pediatría. Si surge alguna dificultad o problemática, somos las primeras que estamos ahí para visualizarlas y charlar con el obstetra o pediatra, según sea el caso, acerca de cómo llevar a cabo o abordar determinada situación.
¿Qué mitos existen en relación con la lactancia materna?
Hay varios mitos, aunque las mujeres ahora estamos más informadas y empoderando un poco más cuestiones de lactancia y crianza, todavía sigue habiendo desinformación. En primer lugar, está el mito de que se le da la teta sólo por seis meses. En realidad son seis meses de lactancia exclusiva, no es que ahí ya se corta. Se considera que el bebé puede estar un poco más maduro para recibir alguna complementación. Digo complementación, porque es alimentación complementaria que acompaña a la lactancia. La base sigue siendo el pecho materno.
Podemos tener un niño que coma bien variado y no llegue a los requerimientos nutricionales que sí le aporta la leche materna. Es como si del uno al diez de lo que es la alimentación del niño, tres lo va a aportar una dieta variada- en frutas, verduras y cereales-, pero los otros siete puntos se lo va a dar la teta. Con lo cual es una falacia que después del año la teta no alimenta.
Otro de los mitos que surge es el calostro. Me dicen que si sale poquito eso es agua, porque a veces es transparente y otras veces más amarillento. En realidad es lo que se conoce como el ‘oro líquido’. Es la vacuna diseñada para cada niño, ya que es la inmunidad que adquirió su mamá, para colonizar sus intestinos y su estómago. O sea que los intestinos -aquí también hay falta de información- son lo que hace que nuestro sistema inmune funcione perfectamente. Por eso es fundamental que ese niño reciba el calostro.
¿Hasta cuándo es recomendable dar la teta?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la lactancia sea hasta los dos años o más. O sea, que también hay otra cuestión que se malinterpreta que sólo es hasta los dos años y ahí se terminó . Aquella mamá y aquel bebé que disfrutan de ese momento, es válido que lo lleven adelante y transite un destete respetuoso, consensuado entre ambos, que no se da de un día para otro. La teta es alimento más amor, y es un alimento que llena el alma.
En promedio, ¿cuánto dura la lactancia en nuestro país?
Para la mujer que sale a trabajar a veces le resulta un impedimento continuar con la lactancia. Eso puede ser por diferentes motivos, uno de ellos, porque las guarderías tampoco están muy preparadas para el manejo de la leche materna o no hay políticas públicas al respecto. Pero la lactancia y el trabajo son perfectamente compatibles. Que nos permitan un tiempo para poder extraernos leche nos beneficia a todos, incluso como sociedad, porque habrá menos niños enfermos, menos mamás estresadas y que tienen que faltar a su trabajo, y por supuesto, menos gastos en medicamentos. A veces con muy poco se puede hacer mucho.
En nuestro país, dura muy poco el tiempo de amamantamiento. Llega entre los seis y ocho meses a un año como mucho. En muchos casos porque todavía está jugando en contra el papel social que impulsa desde los maternales que exigen una leche artificial, o también algunos trabajos que a estas madres no le estuvieran dando permiso para extraerse leche o la falta de un lactario.
¿Qué pasa en los casos que la madre no pudo amamantar?
Puede haber una cuestión médica o psicológica. Los casos médicos son los menos y son puntuales. De todas formas, existe un acompañamiento sabiendo qué problemática tiene esa mujer y si desea amamantar para acompañarla. Hay mucho mito social de que si mi abuela no tuvo leche para amamantar a mi mamá o mi hermana que tuvo hace poco no pudo, entonces yo tampoco, porque somos de familia de no tener leche. En realidad, si no hay una condición médica, es improbable. El cuerpo una vez que pudo gestar, puede amamantar.
En la etapa de la alimentación como completo, ¿qué lugar sigue ocupando la teta para ese bebé?
La base sigue siendo la teta y ese niño la va a preferir siempre. De hecho ahora hay una nueva corriente de alimentación que es el ‘baby led weaning’ (podría traducirse como ‘alimentación complementaria autorregulada’ o ‘alimentación complementaria a demanda’), y es una manera de incorporar los sólidos en la alimentación del bebé sin pasar por la fase de purés y papillas, siendo el propio bebé quien se alimenta por sí mismo usando las manos.
Se trata de una alimentación que el bebé puede autorregular y se inicia cuando el niño es capaz de sentarse por sí mismo y sostenerse sentado, para llevarse la comida en trozos a la boca. Entonces ahí el bebé autorregula su alimentación y sigue teniendo su teta, a contrario de que le empiezan a dar una papilla a los cinco meses, cuando quizás no está preparado y somos nosotros los que metemos cucharada tras cucharada y a veces esto puede generar una obesidad más adelante, porque el infante no está autorregulando su capacidad de saciedad. El adulto pretende que el niño coma todo el tiempo, quitándole la posibilidad de autorregularse.
¿Qué beneficios aporta la lactancia en el vínculo madre-hijo?
Lo que se conoce como “crianza con apego” o crianza respetuosa. Esto es que mamá y bebé se conectan: teta y amor, donde la teta va a ser todo para ese niño. La madre juega un rol más sensible ante sus necesidades. El infante que es atendido tempranamente, contrario a dejarlo llorar o hacerlo esperar, es un chico que va a ser una persona mucho más segura e independiente en un futuro, paradójicamente de lo que se dice que va a ser más dependiente. Es un niño que no genera estrés, por lo tanto se va a sentir seguro como persona. Está construyendo su personalidad y va a ser un niño que tenga más empatía con su entorno.
Nosotros les exigimos mucho, cuando en realidad ellos están esperando todo de nosotros. Debemos entender que el bebé no es un manipulador y el niño pequeño tampoco. A veces, dejar llorar a un niño, obligarlo a dormir solo o no atenderlo cuando llama, deja mayores secuelas que atender ese llamado y darle teta en una crianza respetuosa.
¿Cómo es la mirada social hacia una mujer que le da la teta en público a su hijo?
Yo le doy la teta a mi beba de 15 meses y recibo algunas miradas inapropiadas. Es muy difícil salir hoy, incluso para mí con mi rol de puericultora. Cuesta sacarle la mirada al otro. Yo siempre digo que nos debemos preguntar para qué están las tetas en el cuerpo, y la respuesta es que no están más que para alimentar a un bebé, esa es su función principal. Luego es la sociedad la que le da otras connotaciones y trata a la mujer como objeto. La verdad que es un acto de amor, no es un acto de exhibicionismo ni nada por el estilo, pero socialmente nos falta. De todas formas, rescato que hay gente muy buena onda. Me pasó que me he parado en una galería y me han hecho entrar a un local, me ofrecieron una silla y un vaso de agua.
¿Se avanzó en materia de políticas públicas?
En algunos lugares se ha llegado a avanzar en un punto tal de tener bancos de leche, que la pasteurizan y la distribuyen en las neonatologías. En Rosario aún estamos un poco lejos, y a nivel Nación se ha avanzado pero vamos a pasos lentos.
¿A qué se debe?
Existe un conflicto de intereses importante. Por un lado dicen que el calostro es agua y también se impuso socialmente que las leches de fórmula tienen superpoderes, pero les cuento a todas que lo primero que tenemos es el calostro, que es una leche de transición que llega a ser una leche madura de 20 días a un mes. Ese es el tiempo que necesita el organismo del bebé para prepararse e ir recibiendo los nutrientes en las distintas etapas. Cuando se inicia a los niños tempranamente en las leches de fórmula existen cada vez más casos de intolerancia y alergias a la lactosa. Hoy la ecuación es más consumo de leches de fórmula, igual a más niños enfermos y aumento de las consultas y la administración de medicamentos, y allí radica la cuestión. Lo que les digo siempre a todas las mujeres es que al menos intentemos dar el pecho a nuestros hijos el tiempo que podamos.