HORA DE ACTUAR
En el marco del acuerdo firmado entre la Federación Argentina de Mutuales de Salud (FAMSA) y el Ministerio de Salud de la Nación, en adhesión a la campaña “Semanas de Acción contra los Mosquitos”, el Dr. Raúl Forlenza brindó una charla informativa para prevenir la propagación de los virus del dengue, zika y chikungunya.
“Mucho antes de que se hablara de dengue, zika y chikungunya en nuestro país, el mosquito Aedes aegypti ya contaba con un triste historial: la epidemia de Fiebre amarilla de 1871 que produjo la muerte de 14.000 personas en la ciudad de Buenos Aires”. De esta forma, el Dr. Raúl Forlenza, Director Nacional de Epidemiología, dio comienzo a la charla de concientización que forma parte de la Campaña de Prevención “Semanas de Acción contra los Mosquitos”, lanzada por el Ministerio de Salud de la Nación.
Si bien cada vez que se habla de estas enfermedades, la medida que habitualmente reclama al Estado la comunidad en su conjunto es la fumigación, para el Dr. Forlenza es necesario mencionar que, en realidad, la fumigación “es una más de una serie de medidas, la última de hecho, que forman parte de un protocolo y que debería llevarse a cabo sólo en situaciones de emergencia porque debe repetirse todas las semanas. (…) La eficacia de la fumigación es limitada porque el mosquito sabe escapar muy bien, lo que termina siendo una manera de propagar los brotes. Además a veces se hacen las tareas en el horario que no es el más apropiado. El mosquito está presente a la primera hora de la mañana y a última hora de la tarde. Entonces, si salimos a fumigar al mediodía no es efectivo. Todo ello sin mencionar que el uso repetido de los insecticidas nos está llevando a la resistencia de los mosquitos adultos. (…) Esto hace que haya que pasar a compuestos más tóxicos, con lo cual, el daño a la salud humana va de la mano. Así, lo que la comunidad reclama, y lo que las autoridades a veces terminan haciendo, sucede que no es la mejor solución”.
¿Qué favorece estas enfermedades?
Al momento de enumerar los factores que favorecen la propagación del dengue, zika y chikungunya, el Dr. Forlenza aclara que “ahora está de moda el cambio climático, pero esto viene de arrastre. Hay que mencionar también que la población humana se ha incrementado sustancialmente, principalmente en las zonas urbanas, y de manera no planificada, sin servicios, sin redes, con lo cual también es un factor predisponente. Los viajes son los que más están favoreciendo la expansión de estos virus en países como el nuestro, que no lo tienen de forma permanente. Por su parte, la ausencia de agua potable hace que en muchas comunidades exista la necesidad de acumular el agua en toneles. Y el otro gran problema de todas las comunidades es el manejo desordenado de los residuos urbanos”.
Forlenza asegura que, por tratarse de una problemática de la que hace ya 20 años venimos hablando, “algún conocimiento hay en la comunidad. Pero algo está faltando, porque no se alcanzaron cambios conductuales. Por eso creemos que la mejor manera de modificar esta situación es eliminar lo que denominamos ‘criaderos del vector’, lo que implica la participación activa de la comunidad. No hay ejército del mundo que pueda ingresar a nuestros hogares para erradicar los criaderos que están al interior de los domicilios, si nosotros no estamos dispuestos a hacerlo. Lo que tenemos que lograr es un estado comprometido con la comunidad y que hagamos juntos. Si no logramos una articulación comunidad-autoridades será muy difícil. No es que con esto va a desaparecer el mosquito o la enfermedad, pero lo vamos a retrasar. La enfermedad va a comenzar a circular más tarde, los brotes van a ser menores y vamos a descomprimir los efectores de salud. (…) Además, sistematizar este trabajo conjunto, permite que la comunidad tengas las herramientas y los conocimientos para actuar, y no que le vayamos a decir por la televisión que ya estamos en brote y que no puede hacer nada, y entonces terminamos haciendo lo que decimos que no sirve: la fumigación”