Un modelo cooperativo tecnológico para el campo

El ingeniero en sistemas, Ignacio Sanseovich, nos habla de Dataterra, una empresa que surgió de la alianza entre tres cooperativas agropecuarias y la cooperativa tecnológica TECSO. ¿Cómo puede el cooperativismo acercar la tecnología a pequeños y medianos productores agropecuarios?
Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “en la actualidad la mecanización agrícola se nutre de las prestaciones de la robótica, las nuevas formas de conectividad con telemetría, la gestión de datos y la inteligencia artificial. Estas herramientas, cuya aplicación a escala real es estudiada por el INTA, proveen información estratégica para optimizar el manejo de los lotes”.
En este sentido, el director de Dataterra y miembro de TECSO, Ignacio Sanseovich, afirma que “el agro es de los sectores que más tecnología aplica. El tema es que muchos de los actores vinculados al agro todavía no ven el verdadero potencial que se le puede sacar al uso de la tecnología. Por eso, lo que decidimos hacer en estos primeros años de desarrollo, es tratar de trabajar en ese ecosistema y mostrar el verdadero valor agregado que tiene aplicar la tecnología. No aplicarla por modas, sino aplicarla porque realmente se puede sacar un resultado tangible”.
Con el objetivo de acercar la tecnología a pequeños y medianos productores agropecuarios del sur de la provincia de Santa Fe, surge la startup DATATERRA, integrada por tres cooperativas agrarias (la Cooperativa Agraria de San Gerónimo Sur, la Cooperativa Agraria de Álvarez y la Cooperativa Agraria de Armstrong), en asociación con la Cooperativa de software TECSO: “por contactos en común llegamos a tres cooperativas agrarias, y junto a un ingeniero agrónomo, que también nos ayudó en esta iniciativa, empezamos a conversar para ver qué servicio podíamos armar con una mirada que sea fácilmente palpable para los productores. Es ahí, sobre la idea de armar una nueva empresa en conjunto entre estas cuatro patas, es que surge Dataterra”, cuenta Sanseovich.
“Dataterra, principalmente, presta el servicio de vuelo con Drones, aplicaciones móviles y mapeo de inspección para pequeños y medianos productores, porque pensamos que el gran productor tiene los recursos para poder hacerlo, desde el lado económico y desde la disponibilidad del tiempo”, relata.
“El pequeño y mediano productor, generalmente, no conoce el valor que le aporta esta tecnología. Por eso dijimos que si hay una masa de asociados de estas cooperativas que no pueden acceder por si solos, pero sí a través del conjunto y del modelo cooperativo, entonces debíamos ir por esa línea. Hoy en día prestamos servicio justamente para pequeños y medianos productores, y para municipios y comunas que tienen que ver con lo que se conoce como la franja periurbana. Lo que nos permite es saber hasta donde se puede sembrar o fumigar y hasta dónde no”.
Por ello, continúa el director de Dataterra, “creamos una plataforma de software y dos modelos de drones. Los drones pueden volar de forma manual, a través de un control remoto, o de forma autónoma, es decir, que se puede armar un plan de vuelo a través de una Tablet que dibuja el recorrido que quiere hacer el dron. Lo que nos han aportado las cooperativas agrarias es el conocimiento del negocio. Qué indicadores armar a posteriori con todos esos datos que se fueron recabando”.
En crecimiento constante, TECSO está conformada por unos 120 profesionales que operan desde Rosario y Buenos Aires. “El año pasado abrimos una oficina en Medellín. Esto demuestra que un modelo cooperativo también puede generar un modelo empresarial. Vemos que es una forma distinta de gestionar, con lo bueno y lo malo que implica a veces someter decisiones críticas a un todo, pero vemos que ese apoyo total hace que, cuando se toman las decisiones, se haga con mucha fuerza y eso ayuda a que las cosas avancen”, explica Sanseovich.
“El agro no es ajeno a lo que le pasa a otras industrias. La necesidad de aplicar tecnología es algo que no se discute, que ya forma parte del propio negocio. El tema está en saber qué tipo de tecnología, o cuál es la que va a terminar impactando antes que otras. Los drones hoy son una tecnología que prácticamente todos los productores empiezan a utilizar, el diferencial está en saber qué se hace con lo que se recolecta”, sentenció.
“Actualmente nos encontramos frente a un cambio de paradigma, creo que tiene que ver con una cuestión de recambio generacional y con temas que anteriormente no estaban en la agenda, como por ejemplo, la sustentabilidad y el medioambiente. Hace mucho se trabaja, pero hoy existe una concientización más grande. El uso de la tecnología en el agro ya se ve como parte del propio negocio. Entonces eso ya no entra en discusión, sino que la discusión se mueve hacia qué tecnología aplicar y no si hay que aplicarla. Por su supuesto que para que eso suceda, hay que hacer un acompañamiento en infraestructura y en telecomunicaciones, y en eso Argentina se encuentra un poco rezagada. En muchas zonas, especialmente en los campos que están más alejados, no tienen conectividad y eso juega en contra para aplicar estas tecnologías”, finalizó.

 

Centro de Innovación y Tecnología Aplicada (CITA)
Ante la falta de conocimiento y capacitación que se ve en algunos casos entre los pequeños y medianos productores, es que en paralelo a Dataterra se crea el CITA (Centro de Innovación y Tecnología Aplicada): “lo que permite este centro es generar emprendimientos de base tecnológica para el agro y, además, brindar capacitación. Empezamos a dar algunas capacitaciones e hicimos algunos cursos de tecnología de precisión y tecnología aplicada. La idea es concientizar y tratar de generar capacitación, que haya un lugar en donde un productor con dudas se pueda acercar y se encuentre con técnicos que le puedan explicar qué es lo que esto aporta, porque generalmente termina pasando que un gran productor implementa una tecnología y otros lo copian, porque hubo otro que lo hizo primero. Pero la realidad es que muchas veces no tienen claro para qué implementar esa tecnología. Lo que tratamos de trabajar es en esa brecha que todavía vemos, en la falta de conocimiento de la eficiencia y eficacia que puede aportar la tecnología, entonces ese fue el hueco que, de alguna manera, intentamos cubrir con este desarrollo”.

 

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