LA GRIPE NUESTRA DE CADA AÑO

Las precauciones para evitar su contagio son muy sencillas. Recomiendan vacunarse anualmente.

A nadie le hace gracia acostarse con la nariz tapada y tener que soportar esa desesperante sensación de no poder respirar a mitad de noche. Más aún en otoño o invierno, cuando se hace más difícil salir de la cama por el frío. La congestión nasal es uno de los síntomas característicos de la gripe o los resfriados, aunque posiblemente el más leve de ellos. Si bien ambos son “familiares”, es claro que la primera es más severa que el segundo. Por tanto, es bueno tomar ciertos recaudos para evitar la compañía de la influenza viral, porque no sólo complica la vida diaria, sino que también puede provocar enfermedades graves.

Aunque tanto los resfriados comunes como la gripe son causados por virus y comparten muchos de los síntomas, existen algunas diferencias. Los resfriados comunes pueden presentarse durante todo el año, en tanto que, por lo general, la gripe se contrae a partir del final del otoño y hasta el inicio de la primavera.

Entre los síntomas del resfriado común se incluyen: nariz congestionada o que “gotea”, estornudos, dolor de garganta, fatiga leve, dolor de cabeza y tos. Por su parte, en la gripe son más severos y tienden a aparecer repentinamente: pueden incluir fiebre (38°C o más alta), fatiga más profunda, dolor muscular o corporal y de cabeza, escalofríos, dolor de garganta, tos y nariz congestionada o que gotea. Además, a algunas personas les ocasiona vómitos y diarrea, pero esto es más común en los niños que en los adultos.

Estos síntomas, según la Organización Mundial de la Salud, suelen aparecer a las 48 horas de efectuado el contagio. Las personas con gripe pueden infectar a otros desde un día antes de enfermarse y de 5 a 7 días después. En los niños y las personas con sistemas inmunitarios débiles, el virus puede contagiarse durante más tiempo.

Si bien la mayoría de los afectados se recupera en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico o sólo requieren tratamiento sintomático, como antitérmicos, reposo e hidratación, hay casos en los que una simple gripe puede acarrear importantes complicaciones, como ser en niños pequeños, personas de edad y personas aquejadas de otras afecciones médicas graves. Allí, la infección puede conllevar neumonías, bronquitis, sinusitis y otitis o agravar los problemas de las enfermedades crónicas. En los casos más graves, puede, incluso, causar la muerte, según subraya la máxima entidad de la salud mundial.